Desde la invención de la imprenta, el texto impreso en todas sus variantes (libros, folletos, revistas, periódicos, etc.) ha sido el vehículo de transmisión de información y de cultura, por excelencia. Ni siquiera los medios audiovisuales han logrado desbancar el poder de la letra impresa y conviven con ella con igual o desigual ventaja en según qué tipo de información se trate. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, solamente en España la producción editorial en el año 2003 aumentó un 7,9% con respecto al año 2002 y, aunque en el año 2004 hubo una disminución del 16% con respecto al 2003, se produjo un aumento de la tirada media por título en un 6,5% (3.530 ejemplares). En 2005 volvió a aumentar la edición con respecto a 2004 en un 5%: 63.551 títulos de libros y folletos y 281.005.000 ejemplares publicados sólo en España en 2005, demuestran que la letra impresa no ha muerto, a pesar del auge, evolución y presencia constante de los otros medios (televisión, cine, radio, etc.) y a pesar del avance exponencial de los soportes digitales.
La denominación "sociedad de la información" tiene
su razón de ser. Según un estudio realizado por Peter Lyman y Hal R. Varian de la School of Information Management and
Systems de la Universidad de California, Berkeley, la cantidad de nueva información
almacenada en todo tipo de soportes como papel, película, soportes magnéticos y ópticos se ha duplicado en los últimos tres años. Se calcula
que en 2002, el volumen de información recopilada en dichos soportes equivale a medio millón de nuevas bibliotecas cada una
con similar tamaño a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. La
información nueva almacenada en todo tipo desoportes alcanzó los 5 exabytes (5 millones de terabytes). El 92% de toda esa información se almacenó en medios magnéticos, principalmente discos duros.
Mientras que el uso de papel como soporte de almacenamiento de información creció un 36% en los
últimos tres años (y ello no sólo debido a la publicación de libros, folletos,
periódicos y revistas, sino en mayor medida debido al imparable uso y
abuso de impresoras y fotocopiadoras que son las responsables de la mitad de todo
el volumen de papel generado), el soporte magnético aumentó un espectacular 80% en ese mismo período.
El medio de información que ha presentado una mayor
crecimiento ha sido Internet. En el año 2003, 600 millones de personas en todo el mundo
tenían ya acceso a la red. En 2000, la Universidad de Berkeley estimaba que
entre 20 y 50 terabytes de información discurrían a través de la World Wide Web, mientras
que en 2003, se calcula esta cifra ascendía ya a 170 terabytes, contando únicamente las páginas websfijas. Este volumen es 17 veces el tamaño de los fondos
impresos de la Biblioteca del Congreso. (Para hacernos una idea aproximada de estas
nuevas medidas de información, un terabyte equivale a 1.000.000.000.000 bytes que traducidos a
un soporte físico como es el papel se materializarían en la tala de 50.000 árboles. La Biblioteca
del Congreso de
Estados Unidos ocuparía 10 terabytes).
La aparición del hipertexto ha abierto la puerta a un debate
renovado sobre los medios. La cuestión se suele centrar en considerar al
hipertexto como un nuevo medio en igualdad de condiciones que los medios
tradicionales, sin embargo, el hipertexto no es un nuevo medio, sino una mejora tecnológica con
respecto a los otros medios y prueba de ello es que el hipertexto, y más
concretamente, la hipermedia, integra los medios tradicionales y supone una trasformación
profunda de todos ellos y, en particular, del texto impreso, subsumiendo las
ventajas de la tecnología de la imprenta y añadiendo nuevas funcionalidades a
las que ofrece ésta.
En la siguiente tabla se resumen las
diferencias principales entre texto e hipertexto en relación a distintos
factores como son la estructura de la información, el tipo de soporte, los
modos de lectura y otros aspectos relacionados con el contenido, uso, etc.
TEXTO
|
HIPERTEXTO
|
|
Estructura de la información
|
Secuencial
|
No secuencial o multisecuencial
|
Soporte
|
Papel
|
Electrónico/Digital
|
Dispositivo de lectura
|
Libro
|
Pantalla
|
Forma de acceso
|
Lectura
|
Navegación
|
Índice/sumario del contenido
|
Tabla de contenidos
|
Mapa de navegación
|
Morfología del contenido
|
Texto e imágenes estáticas
|
Texto, imágenes estáticas y dinámicas, audio, vídeo y
procedimientos interactivos
|
Portabilidad
|
Fácil de portar y usar
|
Es necesario disponer de un ordenador o un dispositivo
especial de lectura
|
Uso
|
Puede leerse en cualquier sitio
|
Para leer se precisa una estación multimedia
|
El hipertexto no hubiera sido posible sin el desarrollo de la
tecnología informática, no existe hipertexto sin la tecnología digital y su tratamiento con ordenadores y a este fenómeno tecnológico se ha sumado el
desarrollo de las redes telemáticas. El aspecto tecnológico ha sido, pues, un factor decisivo para el desarrollo de
este nuevo sistema de organización y acceso de la información. Pero cabría
además preguntarse ¿existe algún factor de tipo conceptual que haya contribuido
o haya hecho posible el surgimiento de este nuevo sistema? y ¿existe realmente
lo que algunos autores han venido en denominar la nueva racionalidad del
hipertexto?
P. Landow y los teóricos de la
narrativa y la crítica hipertextual literaria, han puesto de manifiesto la
existencia, desde la antigüedad, de una serie de elementos
que existían en los libros impresos y manuscritos y que se pueden considerar
como elementos precursores del hipertexto. No sólo en los textos antiguos
encontramos citas y referencias bibliográficas, notas a pie de página y en los
márgenes, índices y sumarios, etc. sino que existen una serie de obras como
diccionarios y enciclopedias, que persiguen una aproximación al texto y un acceso y lectura no secuenciales, sino por asociación o que ofrecen un
acceso distinto al texto que se aleja de una lectura y un acceso lineales.
Estos precursores del hipertexto o protohipertextos son:
Notas a pie de página
Citas literarias y referencias bibliográficas
Notas manuscritas y marginales
Diccionarios y Enciclopedias
El hipertexto hace posible, por un lado, asociar el uso de
notas, citas, referencias, glosarios, anexos, etc. al texto principal,
permitiendo acceder a todo este corpus de forma simultánea. Y por otro, el
hipertexto hace posible la concreción de la gran biblioteca del conocimiento
borgiana, esto es, permite compendiar todos los saberes humanos en un gran
corpus de conocimientos que ahora puede estar accesible. Se trata del viejo
ideal de losenciclopedistas del siglo XVIII y que se remonta a varios siglos antes.
Asimismo, los críticos de la narrativa hipertextual, se apoyan en la existencia de una corriente
conceptual -que en los últimos 30 años ha cobrado gran vigencia gracias a las
ideas de Barthes, Foucault y los filósofos postmodernos, que ha favorecido la
importancia del lector y las denominadas obras abiertas. Estas teorías vendrían
a confluir en el hipertexto, ya que éste permite poner un texto en relación con
otros textos, analizarlo en contexto y unir obras literarias distintas, aunque
se hallen separadas por el espacio y el tiempo. Esto ha dado origen, por un
lado, a la existencia de una serie de obras hipertextuales enfocadas hacia la
crítica literaria, y por otro, al surgimiento de una nueva corriente narrativa
que explora las posibilidades del nuevo medio hipertextual.
El paso del texto al hipertexto se puede analizar, pues, como
vamos a hacer aquí, desde 2 perspectivas distintas:
Perspectiva tecnológica
Del papel a la pantalla (dispositivos de lectura y escritura)
Perspectiva conceptual:
Hipertexto en la literatura (el hipertexto concebido como
lectura no secuencial, obra abierta, etc.)
De la enciclopedia al hipertexto (el hipertexto concebido como
gran enciclopedia del conocimiento. El docuverso)
Aunque ambas perspectivas son a veces difíciles de separar,
puesto que están indisolublemente ligadas y se condicionan una a la otra, como
veremos a continuación.
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